La Historia Trascendida - Título de acción de Electras Marroquíes

Título de acción de Electras Marroquíes.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

La sociedad Electras Marroquíes fue fundada a mediados de 1912, año de la creación del Protectorado Español en Marruecos. Si bien quedó constituida a finales de 1913 al inaugurarse la Central Térmica de Tetuán -conocida como la «Central de La Hípica», por encontrarse en las inmediaciones de aquella instalación-, no será hasta el 20 de noviembre de 1914, cuando se eleve a documento público la escritura de su constitución. En ella se recoge la duración ilimitada de esta sociedad, aunque podría disolverse cuando así lo acordara la Junta General de Accionistas.
Su domicilio social quedó establecido en Tetuán y su administración en Madrid. Tras la reforma de sus Estatutos en 1932, se facultó a su Consejo de Administración establecer sucursales o delegaciones en otros puntos de la geografía de ambos países.
El objeto social fue la producción y explotación de la industria eléctrica en Marruecos, especialmente en la zona del Protectorado español, creando y explotando el aprovechamiento hidroeléctrico de Sif-el-Lau y las centrales eléctricas establecidas en Larache (Electra Larachense), Tetuán (Electra Tetuaní) , Alcazarquivir (Electra de Alcazarquivir) y Arcila, todas en la zona norte de Marruecos.
Para poner en marcha este proyecto, la empresa se constituyó con un capital social inicial de 3.000.000 de pesetas, que fue ampliado en sucesivas emisiones (1917, 1926, 1932, 1933 y 1941), dando entrada también a nuevos miembros en su Consejo de Administración.
Su primer Consejo quedó constituido por José Luis de Oriol y Urigüen, como fundador y presidente, Gonzalo de Figueroa y Torres, y Pedro Martínez de Irujo y Caro. En 1916, colocadas todas las acciones que tenían en cartera, entraron a formar parte del mismo Antonio de Carlevaris y Jesús de Ussía. Con la nueva ampliación de capital de 1917, entrarían a formar parte del Consejo el conde de Vado y Leandro de Pinedo.

La Historia Trascendida - Memoria del Consejo de Administración, 1916

Memoria del Consejo de Administración, 1916.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

Durante los primeros años de actividad, y debido a la Primera Guerra Mundial, la empresa tuvo que hacer frente a serias dificultades, entre ellas las referentes al aprovisionamiento de combustible y a la elevación del coste de producción de la energía (materiales y equipos que contrataban), consecuencia lógica de la elevación de los precios del combustible. Para paliar la escasez del mismo, tuvo que realizar acopio de creosota, a precios muy elevados, que obligó a inmovilizar el capital y recurrir a una cuenta de crédito de cien mil pesetas con la Casa Aldama y Compañía.
En estos duros inicios, la empresa llevó a cabo la ampliación de la potencia de la central de Tetuán, con la instalación de nueva maquinaria, e inició negociaciones con la Junta de Servicios para la instalación del alumbrado público en las ciudades de Tetuán y Larache. Igualmente, obtuvo la autorización del alto comisario para la instalación de una central de energía eléctrica en Alcazarquivir.
En 1920, la pacificación del territorio en el norte de Marruecos acentuó las posibilidades para que, en un plazo relativamente corto, Electras Marroquíes pudiese llevar a cabo los proyectos hidroeléctricos y de abastecimiento de agua que tenía previstos en estos territorios.
Para hacer frente a los nuevos proyectos, la empresa comenzó a contratar personal competente para su desarrollo, realizando mejoras en las instalaciones próximas a la central de Larache; la ampliación de la potencia de las de Tetuán, Larache y Alcazarquivir; e iniciando negociaciones para la adquisición de una pequeña central eléctrica en Río San Martín, otorgándose la escritura de compra en Tetuán el 18 de mayo de 1920. Esta central comenzó a dar el servicio con un motor de gasolina y otro de petróleo, que eran los únicos elementos de que disponía.

La Historia Trascendida - Plano de la vertiente oriental Uad Lau

Plano de la vertiente oriental del Uad Lau.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

En los años sucesivos, se fijaron las tarifas de la compañía, no pudiendo ser modificadas sin previo acuerdo de las autoridades; se terminó el montaje de los grupos de las centrales de Tetuán y Larache, con la consiguiente ampliación de las mismas, que entraron en servicio satisfactoriamente; el tendido de la línea de transporte de energía eléctrica desde la central de Larache a la de Alcazarquivir, con sus correspondientes estaciones transformadoras; y por último, se dio fin a los trabajos de reforma de las redes y acometidas en las plazas de Larache y Tetuán.
Una vez ocupada Yebala y pacificado todo el territorio del Protectorado, y el fin de la Guerra del Rif (1921-1926), Electras Marroquíes reiteró la solicitud de concesión del aprovechamiento hidroeléctrico en Sif-el-Lau, cuyo proyecto había sido redactado en 1921. Tras haber constituido el depósito de la cantidad que importaba el presupuesto de confrontación e informe correspondiente, la Delegación de Obras Públicas inició rápidamente los trabajos de confrontación, que dio por terminados el 3 de septiembre de 1927. A partir de esa fecha, siempre que las grandes avenidas lo permitieron, se realizaron los aforos del río, posteriormente, se comenzaron los estudios geológicos -primavera de 1928- de la zona comprendida en el proyecto de aprovechamiento (el vaso y de los hastiales donde se iba a apoyar la presa). Estos estudios fueron encargados al ingeniero de minas, Primitivo Hernández Sampelayo, que emitió el correspondiente informe geológico sobre el embalse y la presa de cierre en la confluencia de los ríos Lau y Tambalot.
A través del Dahir del 6 de noviembre de 1928 se otorgó a Electras Marroquíes la concesión de un aprovechamiento de agua en el río Lau, formado en esencia por una presa de sesenta metros de altura, situada en la confluencia de Lau-Talambalot, y un canal que se desarrollaba por la margen izquierda hasta el punto donde el río dejaba de ir encajonado. En el mismo año se terminaron los trabajos de reforma de redes acometidos en Alcazarquivir y se intensificaron los realizados en Larache. Igualmente, terminó los trabajos de reforma de redes y acometidas en Alcazarquivir e intensificó los emprendidos en Larache. Por otro lado, como consecuencia de la pacificación del territorio, se originó la repatriación de las fuerzas peninsulares y supuso una sensible baja de abonados en el servicio de alumbrado de la sociedad. Si bien fue transitoria.

La Historia Trascendida - Proyecto del aprovechamiento río Lau, 1929

Proyecto del aprovechamiento río Lau, 1929.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

En 1929 se presentó el proyecto definitivo del aprovechamiento hidroeléctrico de Sif el-Lau y Talambot, este nuevo proyecto se presentaba dividido en secciones parciales que podían ejecutarse sucesivamente en función de las necesidades del mercado y con un escalonamiento suficiente en los desembolsos del capital necesario para su realización. El 25 de marzo de 1930 dieron comienzo las obras de acceso al emplazamiento de la presa de Ali Thelat, y se abrió concurso para la elección de contratistas que ejecutasen las diversas obras que abarcaba el proyecto. Se abrió concurso entre contratistas para la ejecución de las diversas obras que abarcaba el proyecto; la empresa finalmente adjudicataria de las obras fue la Sociedad Montañesa de Obras y Pavimentos, empresa con la que se formalizó el correspondiente contrato el 14 de abril de 1930.

La Historia Trascendida - Carta de Óscar Laucirica sobre la maquinaria del Salto de Lau

Carta de Óscar Laucirica sobre la
maquinaria del Salto de Lau.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

En abril de 1934 concluyeron las obras del aprovechamiento hidroeléctrico de Sif el-Lau y Talambot, al culminar aquellas obras que se ejecutaban en el canal, la presa, el depósito de extremidad, sifón y tubería, por lo que se pudo verificar el funcionamiento de estas instalaciones. A partir de abril comenzaron el suministro de energía eléctrica al mercado que disponía en esos momentos, aunque también iniciaron gestiones con otras empresas para la colocación de la energía sobrante del salto del Lau. A tal efecto, las Electras Marroquíes iniciaron negociaciones con empresas suministradoras de energía para alumbrado público y fuerza motriz en Ceuta y Tánger, con las que formalizaron el correspondiente contrato, prestando el servicio con regularidad. También contrataron el suministro de energía eléctrica con Energie du Maroc, concesionaria de los servicios eléctricos de la zona francesa, entrando en vigor este acuerdo en 1935.
Para seguir con la orientación de ir extendiendo el mercado, se construyó la línea de transporte de energía eléctrica entre Ceuta y Castillejos, y se llegó a un acuerdo con la Empresa Eléctrica Xaunia, en Xauen, para la construcción de su red y suministrarle energía eléctrica (1934). Las necesidades de los distintos mercados aconsejaron independizar los servicios y construir una doble línea de transporte entre Tetuán y el Llano de Ain Hamu, en el que se bifurcan las de Larache y Tánger.
El aumento del consumo de Tetuán, natural desenvolvimiento del abono, dio lugar a ampliaciones de la red de distribución, estableciéndose dos nuevos centros de transformación. Cuando se completaron las obras hidráulicas, líneas de transporte e instalaciones eléctricas correspondientes al aprovechamiento del Lau, Electras Marroquíes consolidó su deuda, mediante la creación y emisión de 30.000 obligaciones hipotecarias al portador de 500 pesetas nominales cada una.
El inicio de la Guerra Civil en España provocó una reducción de las obras en el Protectorado español, manteniendo las instalaciones construidas en los años anteriores según las posibilidades del momento. Una vez instaurada la paz, la compañía continuó el programa de obras públicas para atender su mercado, comenzando a funcionar con normalidad las centrales productoras de energía eléctrica, así como las líneas de transporte de energía y las redes de distribución. Dentro del programa de obras públicas, se procedió a la construcción de la presa de Axor y de la central hidroeléctrica de Taulart, ambas en el río Talambot. La central de Taulart poseía un salto de agua de 110 metros de altura y dos grupos de generadores de potencia. Toda la maquinaria de la central era de producción española.
Estas nuevas instalaciones tenían como finalidad mejorar los graves problemas de los largos periodos de sequía que asolaban a la región, y también poder abastecer de energía eléctrica a toda la zona occidental del Protectorado.

La Historia Trascendida - Estatutos de Electras Marroquíes, 1917

Estatutos de Electras Marroquíes, 1917.
© Archivo Histórico de Iberdrola Salto de Alcántara.

El 7 de abril de 1956, España reconocía la independencia marroquí, finalizando de esta forma el protectorado ejercido sobre Marruecos. La presencia de la sociedad en Marruecos no cesó bruscamente, ya que esta continuó prestando sus servicios tras el acuerdo alcanzado con las autoridades marroquíes. En el Boletín Oficial del Estado del 7 de septiembre de 1957 se recogió el acuerdo hispano-marroquí sobre la retirada de la peseta en el territorio marroquí y la utilización del franco marroquí como moneda oficial en el territorio. A partir de este momento, en el balance de la sociedad aparecerá consignada esta moneda. Igualmente se firmó un convenio de asistencia técnico-administrativa con el objetivo de poner en marcha el funcionamiento de la nueva administración marroquí.
Por Decreto de 13 de noviembre de 1971 se desmontó la red de media y baja tensión, pero la empresa siguió funcionando bajo la instrucción de las autoridades marroquíes.
También en 1973 se expropiaron las presas de Lau y Tambalot, a través de un decreto, que fue recurrido por la empresa. A raíz del Dahir de 2 de marzo de 1973 se ocuparon las tierras por el gobierno marroquí. Mediante un convenio firmado entre la empresa y las autoridades marroquíes quedarían fuera de esta ocupación los terrenos de Electras Marroquíes, cuyo pago se haría de acuerdo con las modalidades a determinar directamente entre la sociedad y el estado marroquí. Este convenio fue ratificado el 31 de julio de 1982 (B.O.E. 11-10-1985).
A finales de 1974 los empleados españoles que habían permanecido en la empresa fueron trasladados a la Península para incorporarse en Hidroeléctrica Española.
La empresa fue nacionalizada por el Gobierno marroquí, por el Decreto nº 2-78-488 de 15 chaoual 1397 (29 de septiembre de 1977) relativo a la transferencia a la Office National de l'Électricité (ONE) del conjunto de bienes, derechos y obligaciones concernientes a la producción y el transporte de energía eléctrica procedentes de Electras Marroquíes.

La Historia Trascendida - Memoria del Consejo de Administración, 1916

Generadores de la Central Térmica de Tetuán, 1947.

img src="img/electras-marroquies/Electras_1952_GRANDE.jpg" alt="La Historia Trascendida - Memoria del Consejo de Administración, 1916" title="La Historia Trascendida - Memoria del Consejo de Administración, 1916">

Central Térmica de Tetuán con un grupo de trabajadores de Electras Marroquíes, 1952.

La Historia Trascendida - Memoria del Consejo de Administración, 1916

Personal de Electras Marroquíes en el interior de la Central Térmica, 1959.

Fotografías de Antonio García Cortés cedidas por un antiguo empleado de Electras Marroquíes, Antonio Pernias, de las instalaciones de la Central de Tetuán, durante la celebración del «Cumplimiento Pascual» en la empresa. Tras la misa, el personal de la empresa posaba con el sacerdote franciscano en sus dependencias, y posteriormente tomaban juntos un desayuno.

Documentos RNE. 24 de marzo de 2012
Tánger internacional: La ciudad de las mil y una historias

El documental sonoro de Juan Carlos Soriano, director de 'Documentos RNE' para Radio Nacional de España, nos traslada a ese período en el que Tánger tuvo estatuto de "ciudad internacional", entre 1923 y 1956 y que la convirtió en un punto de encuentro de las culturas árabe, cristiana y judía; así como en un lugar privilegiado para los negocios, la bohemia cultural y el espionaje, de la mano de los historiadores de la ciudad Rocío Rojas-Marcos, Leopoldo Ceballos y Tomás Ramírez; los periodistas Domingo del Pino y Javier Valenzuela, y los escritores Ramón Buenaventura
y José Luis Sampedro.
Procedentes del Fondo Documental de RTVE, se escuchan también los testimonios de personajes de la cultura, ya fallecidos, que estuvieron muy ligados a la ciudad, como Paul Bowles, Mohamed Chukri, Emilio Sanz de Soto y Eduardo Haro Tecglen.
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