La Historia Trascendida - El Serrallo

El Serrallo, de fotografía. Diario de un testigo de la Guerra de África, Pedro Antonio de Alarcón,
Madrid 1859.

"Ocurrióme, pues, en aquel momento, fijar de una vez en la mente de mis lectores una idea verdadera y exacta de lo que es un ejército en campaña, y haciendo algo allí mismo, mandé funcionar a la máquina fotográfica que me sigue en todas estas excursiones, y allá te remito algunas vistas de este pintoresco panorama"

Diario de un testigo de la guerra de África,
Pedro Antonio de Alarcón

En 1859 la fotografía acababa de llegar a España, por lo que durante la denominada Campaña de África o de Tetuán los corresponsales gráficos eran aún, en su mayoría, pintores y dibujantes. No obstante, contamos con al menos tres fotógrafos españoles que harían las primeras fotografías conocidas de Tetuán y sus habitantes. A dos de ellos se les ha podido poner nombre: Enrique Facio y José Requena.
Pedro Antonio de Alarcón, cronista privilegiado de la Guerra de África, era plenamente consciente de la importancia de este nuevo invento y de su papel de fedatario de la historia. Esas fotografías, muchas de las cuales se conservan en el Archivo del Palacio Real de Madrid y en la Biblioteca Nacional de España, son hoy un tesoro de incalculable valor histórico, artístico y antropológico.
Durante los años siguientes, las fotografías llegaron al gran público convertidas en grabados, para ilustrar periódicos y revistas, mientras que los originales se distribuían como piezas sueltas o en álbumes. Un negocio al cual se dedicaron grandes compañías internacionales como Wilson, Levy o Laurent. Todas ellas llevaron a sus catálogos imágenes de Marruecos logradas por empleados de sus firmas, cuando no las compraban a profesionales de la zona, especialmente de Gibraltar, como John Hollingworth Mann.
Esta relación entre Gibraltar y Tánger dio como resultado que en la década de los ochenta se instalara definitivamente el fotógrafo Antonio Cavilla, que había sido socio del prestigioso estudio de Bruzón, en Gibraltar.
A partir de la instauración del Protectorado español en Marruecos, en 1912, e incluso en momentos previos a la ocupación de ciudades como Larache y Tetuán, se afincaron algunos fotógrafos abriendo sus estudios. Compaginaron el retrato y el reportaje para particulares con las corresponsalías gráficas para periódicos y revistas, y la edición de postales fotográficas y litográficas. En ocasiones, los estudios y sus anuncios fueron protagonistas de algunas de esas postales.

La Historia Trascendida - Postal de la Colección Hispano-Marroquí

Postal de la Colección Hispano-Marroquí, del librero
Antonio Arévalo, con anuncio de la fotografía Zarzuela de Tánger. © Colección José Luis Gómez Barceló.

Durante la etapa de la pacificación, los estudios fotográficos se alejaron del reportaje periodístico, que redujeron a la crónica urbana, enviando los medios de comunicación escritos a corresponsales peninsulares que se hicieron famosos por la firma de sus instantáneas de temas militares y bélicos, como Alfonso, Campúa, Lázaro, Zarco...
Mención especial merece Bartolomé Ros, un fotógrafo afincado en Ceuta —pero que extendió su empresa fotográfica por todo Marruecos— y que, sin hacer reportajes de guerra, retrató a buena parte de las personalidades del momento, en especial a los visitantes ilustres que durante los años veinte visitaron el Protectorado. Podríamos decir que fue la cara amable de la ocupación militar.
Y es que la fotografía iba a acompañar a toda acción política y militar desarrollada en Marruecos. Los fotógrafos eran invitados por las autoridades a entrar con el ejército en las ocupaciones de Larache, Tetuán o Xauen como parte de la prensa. Era un hecho que la fuerza de sus imágenes era tan importante o más que la de lo escrito por los periodistas y escritores.
Inclusive, el Ejército contaba con sus propios fotógrafos, que realizaron magníficos reconocimientos del territorio con sus cámaras, siendo especialmente interesantes las vistas aéreas que cubren desde las zonas rurales a los campamentos militares, sin olvidarse de las poblaciones. Algunos de ellos fueron tan conocidos como Francisco Ortiz Echagüe, pero de otros los nombres han quedado sepultados por el olvido.

La Historia Trascendida - Alfonso XIII, con los generales Sanjurjo, Berenguer, Franco y Millán Astray, en el campamento de Dar Riffien, 1928 La Historia Trascendida - Periodistas, escritores y fotógrafos con el general Berenguer y el teniente coronel Lasquety en Xauen, 1920

En la imagen de arriba: Alfonso XIII, con los generales Sanjurjo, Berenguer, Franco y Millán Astray, en el campamento de Dar Riffien, 1928. Fotografía de Bartolomé Ros. © Colección Familia Ros Amador.
En la imagen de abajo: periodistas, escritores y fotógrafos con el general Berenguer y el teniente coronel Lasquety en Xauen, 1920. Fotografía de Ángel Rubio. © Colección José Luis Gómez Barceló.

Durante el primer tercio del siglo xx y hasta la Guerra Civil española, las ciudades del Protectorado se llenaron de gabinetes fotográficos. Así, en Tetuán encontramos los de José Ruiz, Luna, Sansó y Pereira, Beringola, Calatayud, Alberto, Grecia, Zenitrám, Martínez y González, Arbona, Alcaraz, Foto América…; en Larache Ángel G. de Castro, Tadey, Gafer, Diodoro…; en Alcazarquivir- Diodoro y Luis Ricart; en Arcila -Rómulo de Hevia y Herminio Blanco; en Nador- Félix Solís; en Villa Sanjurjo -José Lacalle…; en Xauen- José Moreno… Una relación que poco a poco vamos engrosando, en este caso gracias a los Anuarios de Marruecos editados por Manuel L. Ortega.
También fue importante la presencia de fotógrafos españoles en Tánger, declarada Zona Internacional, en donde hallamos los estudios de José Blanco, Zarzuela, Seca, Vicente Oltra…
En el periodo que va de la Guerra Civil española hasta la independencia de Marruecos cambian mucho las cosas en el mundo de la fotografía. Lógicamente, desaparecen numerosos estudios que son reemplazados por otros nuevos, pero hay también menos presencia fotográfica en los medios de comunicación, igualmente mermados en número y libertad de prensa.
El Protectorado español en Marruecos, y mucho más la ciudad internacional de Tánger, constituyeron un respiro para muchos intelectuales españoles, donde encontraron un espacio en el que moverse sin el peso de la dictadura. Los fotógrafos no fueron una excepción, tanto a nivel internacional, es el caso de Nicolás Müller
-como nacional- con Antonio Calvache, sin ir más lejos.
José Calatayud Aznar (Paiporta, Valencia 1888 - Tetuán, 1957). Llegó a Ceuta para hacer el servicio militar, durante el cual colaboró con el estudio de José G. Vázquez, para montar uno propio en 1914. Su concepción de la profesión se basaba en la fotografía de gabinete, con aprendices y profesionales de calle que trabajaban bajo sus órdenes y las de su hermano Manuel (Valencia 1899 – 1969 Ceuta, 1969), reservándose para él los reportajes más importantes. Hasta la Independencia de Marruecos mantuvieron estudio en Tetuán y les sobrevivió el de Ceuta en manos de sus empleados. Sus ediciones postales fotográficas son hoy en día muy codiciadas por su gran calidad.

La Historia Trascendida - José Calatayud a la puerta de su estudio en Tetuán.

José Calatayud a la puerta de su estudio en
Tetuán. © Colección Gloria Muñoz Calatayud.

Bartolomé Ros Ros (Los Dolores, Cartagena 1906 – Madrid, 1974) Inició su formación en el estudio ceutí de los hermanos Calatayud, para fundar su primer establecimiento con dieciséis años. Fotógrafo de calle, lleva sus imágenes a los periódicos y revistas gracias a su asociación con el fotógrafo Ángel Rubio, realizando juntos el primer reportaje sobre España del National Geographic Magazine. Durante la década de los 20 realiza es autor de imágenes de instalaciones, actos oficiales y visitas del Protectorado español en Marruecos, simultaneando estudio y corresponsalía gráfica. Sin embargo, comienza a prosperar en los negocios creando una gran empresa nacional por la cual dejaría de hacer ejercer la profesión fotográfica.
Francisco García Cortés (Velilla de Medinaceli, Soria 1901 - Málaga,1976) Profesional de larga trayectoria fotográfica, comenzó como fotógrafo de calle en Tetuán, para proseguir con la instalación de un primer estudio en Tetuán hasta la independencia de Marruecos en que se desplazó a Ceuta primero y a Málaga después, fundando dos estudios que continuaron sus hijos. Compaginó la fotografía de estudio y calle con las corresponsalías gráficas y la edición de postales, gustando de los formatos panorámicos horizontales y verticales. Trabajó durante los últimos años del Protectorado como fotógrafo oficial de la Alta Comisaría, para cuya institución realizó especialmente reportajes de actos oficiales.
El anuario Bailly–Baillière – Riera de 1947 menciona que en ese año existían ocho estudios en Tetuán (Alba, Alberto, Calatayud, Cuadrado, Morales, Francisco García, Ros y Moderna), cuatro en Larache (Ulzurrun, Diodoro García, Navarro y Núñez), cuatro en Tánger (Alba, Foto Alba, Venus y Tukker) y uno en las ciudades de Alcazarquivir (Viuda de Ricart), Arcila (Rómulo de Hevia) y Villa Sanjurjo (José Lacalle).

La Historia Trascendida - Villa Sanjurjo (Alhucemas)

Villa Sanjurjo (Alhucemas), fotografía de José Lacalle.
© Colección José Luis Gómez Barceló.

Seguimiento que hemos hecho en el anuario de 1954 de la misma editorial con el siguiente resultado: Tetuán, ocho (Alba, Alberto, Calatayud, Morales, García Cortés, Francisco García, Moderna, Ros); Larache, tres (Aguilera, Navarro y Diodoro García); dos en Villa Sanjurjo (José Lacalle y Foto X); y uno en Alcazarquivir (Viuda de Ricart), Arcila (Rómulo de Hevia), Targuist (Cardeñoso) y Torres de Alcalá (Vaca). En este año la lista de gabinetes en Tánger llega a quince, incluyendo españoles y extranjeros: Alba, Conti, Cuadrado, Fernández Cuadrado, Blasco, Leca, Mike, Venus, Fotografía Alba, Klingenmeyer, Seca, Photomaton, Rex, Tukker y Ulzurrun.
Las instituciones siguieron produciendo enorme volumen de imágenes, pero solían tener contratos con profesionales concretos, lo que dio lugar a una fotografía oficial definida, que podemos encontrar tanto en las publicaciones oficiales como en los archivos y bibliotecas.
Respecto a la postal, que sirvió a los miles de militares desplazados en el período de pacificación para comunicarse rápidamente con sus familias, no solo redujo su número, sino que prácticamente desaparecieron los editores nacionales (Arribas, Loty, Roisin, Guilera…) en beneficio de los locales (Calatayud, Alcaraz, Cremades…). Incluso cambiaron las temáticas, que preferían mostrar los ensanches europeos de las ciudades sobre las medinas y los mella-h, para difundir los avances obtenidos por la Administración en su acción colonial.
Con la independencia de Marruecos, en 1956, se produjo una paulatina repatriación de los españoles y el cierre de sus negocios. La mayor parte de los estudios fotográficos pasaron a manos de marroquíes, que en algunos casos mantuvieron equipos y archivos. Sirva de ejemplo el de uno de los fotógrafos más importantes de las últimas décadas del Protectorado: Francisco García Cortés, que compaginó el estudio con el reportaje oficial para la Alta Comisaría y la edición de postales.

La Historia Trascendida - Plaza de España, Tetuán

Plaza de España, Tetuán. Fotografía de Francisco García Cortés. © Colección José Luis Gómez Barceló.

Experiencias no comerciales aparte —en laboratorios como Casa Ros, de Tetuán y Tánger, y Calatayud, en Tetuán—, fue un profesional español, José Pérez Florido, quien primero realizó fotografía comercial en color en Tetuán.
Lo que es innegable es que España produjo un porcentaje muy elevado de las fotografías del norte de Marruecos durante toda una centuria. Piezas, tanto fotográficas como litográficas e impresas, que son indispensables hoy para conocer la evolución del país y de sus gentes. Unas imágenes que pueden encontrarse en periódicos y revistas, pero también en bibliotecas y archivos, siendo especialmente notables la colección de la Biblioteca Nacional de Madrid y la colección de la Biblioteca General de Tetuán. Esta última fue creada como fototeca del Protectorado, a iniciativa del publicista militar Tomás García Figueras, quien también fuera responsable de la donación de buena parte de los fondos de la desaparecida sección África de la Biblioteca Nacional de Madrid.
José Luis Gómez Barceló.
Academia Andaluza de la Historia

Los fondos fotográficos del legado Fernando Valderrama en la Biblioteca Islámica. María Olivera Zaldua.

Catálogo de la exposición «Frontera Líquida: Memoria Visual Andalucía-Marruecos»